El reportaje que se publica este mes de marzo es para mí uno de los más emotivos que he escrito, y que le he puesto más alma, con todo el sentimiento de homenaje para nuestros mayores. Para ello he recopiliado distintos testimonios, sobre todo el de Alejandro Fernández (foto superior a la izquierda) al que agradezco su amabilidad e interesantes datos como aficionado a la pesca que me han llevado hasta tiempos pretéritos, y la guerra civil. Lo dicho, si leéis la revista y el reportaje íntegro, uno de los reportajes del que me siento más orgulloso y satisfecho, en mi labor de no escribir únicamente sobre capturas y más capturas, sino aportar también humanidad y enfoques distintos a nuestra afición. Junto al reciente del pescador paralítico, la historia de Walter, los niños y la pesca, la mujer en la pesca, la pareja del pescador... he tratado de hacer reportajes a mitad entre lo literario y un análisis de estos colectivos, en relación con la pesca.
Los abuelos de la pesca
La pesca es una afición que se lleva tan enraizada en el
alma, que muchos pescadores la disfrutan hasta el último aliento, cuando la
avanzada edad ya ha mermado parte de las facultades personales. Vamos a realizar
un merecido homenaje a estos abuelos pescadores que suplen la carencia de
vitalidad juvenil por la experiencia, con la ilusión a la tercera edad de sacar
un pez más, aunque éste pueda ser el último antes que un bajón de salud les
impida definitivamente volver a lanzar su último anzuelo.
Texto: José Luis Lago García (www.dialdepesca.com)
Fotografías: Autor,
Tomás Salazar y Joan Puigví
Con este reportaje quiero rendir un homenaje a todos los veteranos, a los conocidos como “abuelos de la pesca”, que con tanta ilusión acuden con su caña a pescar pese a su avanzada edad. Se me ocurrió este reportaje tras contemplar varios años a un señor ahora próximo a los 90 años que cada verano pesca con enorme ilusión en el muelle de Cabo de Cruz en Boiro (A Coruña). En estas últimas temporadas hemos entablado una cierta amistad viendo como pescaba con enorme ilusión, y entablando conversaciones de pesca y sobre sus tiempos mozos.
Este amigo se llama Alejandro Fernández y cada julio aparece
por este muelle gallego tanto de día como de tarde, disfrutando de esta forma
de sus vacaciones. Su estirada y alta silueta está presente casi todas estas
jornadas veraniegas en busca de las mojarritas y sarguitos que persiguen los
restos que los barcos mejilloneros tiran al fondo a primera hora de la mañana.
Alejandro no es el único abuelo pescador que queda en
nuestras orillas, seguro que hay cientos, y muchos otros con interesantes
historias que contar. He escogido ésta como ejemplo por su ímpetu, pero sirve
igualmente como singular homenaje a todos nuestros veteranos pescadores.
Posiblemente, muchos de nuestros “abuelos” estén anclados en técnicas y
utensilios de pesca que ahora para los jóvenes están “desfasados o carrozas”.
Esto no quita que ellos nos superen en otros dones con los que darnos ejemplo:
sabiduría, paciencia, y sobre todo miles de horas de pesca a sus espaldas, por
lo que no está de más acercarse a ellos para que nos cuenten sus batallitas.
REPORTAJE COMPLETO EN LA REVISTA PESCAMAR Nº 132 MARZO 2014
espero poder llegar a esas edades practicando spinning, ojala asi sea, sl2 JL
ResponderEliminar¡así sea!!!! como ya te disfrazaste de obispo este carnaval, seguro que llegas por la gracia divina....un abrazo Vitu!!!
Eliminar