Capturan en Baiona un congrio de 28 kilos y más de dos metros

El marinero en paro Campio Fernández lo ha pescado desde el espigón con su hijo.

ALEJANDRO MARTÍNEZ

Baion 19 de enero de 2012 19:13

«Tengo rodajas para medio año», ha asegurado.

Más alto que ellos. Campio Fernández Alonso y su hijo Javier Fernández Pousa han hecho la pesca de su vida: un congrio de 2,20 metros. El animal, que fue capturado desde el espigón de Baiona, pesa 28 kilos. La sorpresa se ha producido esta mañana mientras aprovechaban la mañana libre, ya que el padre se encuentra en el paro, para practicar su afición y lograr algo de ahorro en la cesta de la compra.

La sorpresa ha llegado cuando notaron la pesada captura y consiguieron subirla, un trabajo para el que necesitaron más de media hora de maniobras. Aún no sabe qué van a hacer con este pescado, aunque ya han barajado suculentas empanadas y otras posibilidades. «Tengo rodajas para medio año», ha bromeado Campio Fernández.

EN FARO DE VIGO

http://www.farodevigo.es/comarcas/2012/01/20/supercongrio-28-kilos-baiona/616149.html

Supercongrio de 28 kilos en Baiona

N.P. - BAIONA “¡Qué satisfacción! Tengo unos nervios... ¡Esto no se puede explicar!”, repetía pletórico Campio Fernández Alonso ayer a las puertas del Monte Real Club de Yates de Baiona, tras haber pescado un enorme congrio de algo más de 28 kilos de peso y 2,20 metros de largo en la parte central del espigón de Baiona, conocido en la villa como la doca.

Su hazaña no es menor. El ejemplar opuso una gran resistencia a salir a la superficie. “Estuvimos una hora luchando con él. Por momento, parecía que me iba a tirar al mar”, relataba orgulloso de la pesca este vecino del barrio baionés de San Antón, aunque natural de Chandebrito, en Nigrán.

Hace unos años que este conductor de excavadora de profesión dedica sus ratos libres a la pesca deportiva y acude con asiduidad a la doca para practicar su afición. Había llegado a capturar ejemplares de esta especie de 9 y hasta 11 kilos, pero “nunca semejante cosa”.

La envergadura del animal es proporcional a la fuerza que demostró durante su lucha por permanecer en el mar y quién sabe si continuar creciendo. De hecho, llegó a dañar el aparejo que utiliza Campio para pescar congrios, las tradicionales varas, que se colocan entre las rocas unidas por un cable con un cebo. “Cuando lo abramos, tendrá parte de los palos dentro”, advertía el pescador, que fue ayudado por su hijo mayor, Javier, en la contienda marinera.

El destino del congrio será el más lógico. “Daré de comer a mi familia durante una temporada”, señalaba el pescador, doblemente satisfecho por la utilidad de su proeza en este momento, ya que se encuentra en paro. Con semejante ejemplar, podrá llenar prácticamente un arcón congelador.